Una crítica punto por punto a la propuesta de la Fundación Rockefeller sobre la “Supervisión pública responsable de proveedores privados en sistemas de salud mixtos”
Resumen
En 2010, la Asamblea Mundial de la Salud (WHA, por sus siglas en inglés) propuso, pero no logró discutir, una resolución sobre la regulación del sector privado de salud.1 En retrospectiva, parece adecuado hacer una revisión extensiva del informe (2008) de la Fundación Rockefeller (FR) sobre el mismo tema: “La gestión pública de los proveedores privados en los sistemas de salud mixtos”. El punto débil del documento de la FR (y de la resolución de la WHA antes mencionada) es que ninguno brinda la evidencia empírica necesaria para mostrar que una mejor regulación “gestadora/administrativa” en países de ingresos medios y bajos (LMICs, por sus siglas en ingles) ha logrado proveer atención de calidad, accesible y asequible para todos en sistemas de salud mixtos público-privados. En este artículo damos voz a nuestro escepticismo sobre la posibilidad de que la gestión pública funcione en sistemas mixtos dentro de LMICs. Además, el informe de la FR no revisa el acceso a la atención en salud de calidad desde una perspectiva de derechos humanos; el derecho a servicios de calidad simplemente es pasado por alto. El informe recomienda “nuevas soluciones” (lo que en la práctica significa “soluciones aún por demostrarse” a problemas en la regulación bien conocidos y no proporciona ninguna evidencia de sus ventajas. Por ejemplo, sostiene que la regulación de sistemas de salud mixtos público-privados puede ser exitosa sin brindar evidencia alguna; ni siquiera a nivel local. Esta falta de evidencia resulta sorprendente ya que tenemos unos buenos 20 años de experiencia con tal regulación.
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